Formación empresarial en las Universidades

Uno de las objetivos para la formación universitaria que se están reclamando con más fuerza es la educación del espíritu emprendedor y las habilidades empresariales. Ya en el año 2000, el Consejo Europeo de Lisboa definió entre sus directrices para la universidad la vocación emprendedora y el espíritu empresarial, tal y como resalta el estudio Formación y Competitividad de la Fundación Tripartita para la Formación y el Empleo. Junto a TICs, idiomas extranjeros y cultura tecnológica, constituyó uno de los puntos clave para lograr mejorar la competitividad de los alumnos y futuros empleados de Europa.

mapa

¿Por qué fomentar el espíritu emprendedor? Una primera razón es facilitar los conocimientos y habilidades necesarios para la creación de negocios entre los jóvenes, fundamental para el desarrollo de la sociedad. Pero hay una segunda razón, igual de importante, que se refiere a la necesidad de desarrollar las capacidades y habilidades de los alumnos. Fomentar el espíritu emprendedor conlleva impulsar la iniciativa de los alumnos, su creatividad y su capacidad de innovación, así como capacitarles para la identificación de oportunidades, la toma de decisiones y la resolución de conflictos. Se trata de una forma de estimular los procesos intelectuales y creativos y de fomentar virtudes tan importantes como la autonomía y la seguridad en uno mismo. Puntos todos ellos muy útiles en cualquier actividad laboral.

La adquisición de competencias en gestión empresarial permite al alumno tener una visión cercana al mundo laboral, al que se va a incorporar próximamente; identificar y entender los distintos departamentos que forman parte de una empresa, sus sinergias y correlaciones. A menudo, los problemas en las empresas son ocasionados porque cada persona se centra únicamente en su departamento y sus funciones, y no puede experimentar el componente estratégico que está detrás de las decisiones directivas. Esto conduce a una necesidad de formación más práctica y experiencial alrededor de la gestión, que permita dotar de mejores herramientas a los futuros trabajadores y empresarios.

Pero sabiendo esto, ¿cómo dar a los alumnos este tipo de formación? La Universidad de León realizó un trabajo sobre "La educación del espíritu empresarial en las universidades españolas. Hacia una propuesta para el cambio" en el que plantea un modelo de “learning by doing”. Consiste en no centrar la formación en la teoría y las lecciones magistrales y orientarse más en la práctica, donde los alumnos pueden desarrollar mejor las capacidades mencionadas. Plantea talleres de planes de empresa, estudios de casos empresariales, conferenciantes externos del mundo profesional y simulaciones de empresas.

Los simuladores de negocio son una herramienta que facilita la adquisición de contenidos de iniciativa emprendedora y gestión empresarial; herramientas prácticas para la formación donde los alumnos dirigen una empresa atendiendo a diversas áreas, de gestión económica, recursos humanos, internacionalización, etc. Todo ello a través del trabajo en equipo y en entornos de simulación competitivos que incentivan el desarrollo de estas aptitudes.